Reflexiones efímeras para días inciertos: Hitori Geiko - Escuela Municipal de Aikido
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Reflexiones efímeras para días inciertos: Hitori Geiko

Distopía era una palabra hasta hace unos días reservada para su uso en enrevesadas tertulias intelectuales en ambientes literarios o cinéfilos. Hoy es la definición de lo que se ve desde la ventana, lo que estamos viviendo más parece la trama de una mala novela de ciencia ficción que la vivencia -como es-de una persona corriente.

Os propongo en una -esperemos- corta serie de artículos poder escapar unos momentos de la visión distorsionada de un mundo convulso, reflexionando con lecturas y actividades sobre algunos aspectos del Aikido no como una mera manera de matar el tiempo de confinamiento, o como una pírrica compensación por la falta de las clases, sino como una suerte de ejercicio de higiene mental que, cuando más difícil es, nos permita mirar en nuestro interior y re-conectarnos con nuestra vida real.

En este breve primer intento, voy a recomendaros -no es la primera vez- la lectura del libro «Aikido, Etiqueta y Transmisión», de Nobuyoshi Tamura maestro de algunos de nosotros y, aunque no lo sepáis, de todos vosotros. Una edición lamentable la de Paidotribo -que me copia y pega sin pedir permiso-y una traducción del francés (y no del japonés, como debió ser) realizada por una persona desconocedora de las artes marciales aunque con gran bagaje traduciendo libros sobre pájaros y perros. Una chapuza sí, pero que cuesta tan solo 3,79 € en formato epub en La Casa del Libro.  En los artículos que seguirán a este, volveré incansablemente a esta obra de referencia que no debe faltar en el ebook o la estantería de un estudiante de Aikido.

Puedes leer una parte del libro en:   https://bit.ly/2Uwboac  pero precisamente no el capítulo dedicado a los métodos de práctica, donde justo antes del bien conocido Ippan-geiko, abriendo brecha, nos habla el Maestro del Hitori-Geiko: «Cuando se está solo, basta con tener un poco de tiempo y de espacio…» y en unas pocas líneas bosqueja ideas para darle contenido.

Yo, que no tengo árbol ni jardín donde cuidarlo, estos días he encontrado en el Yoga para niños que todos los días hace mi hija de seis años -igual que en el cole- después de las matemáticas, una magnífica solución para mi hitori-geiko, parece que hago Yoga, pero hago Aikido.

Y también he recordado, y ahora también queda escrito, a un montón de sesudos profesores de aikido en un debate preguntándose por la aportación del Iaido o el Shiatsu (!¡oohh.. que otra gran idea para el confinamiento¡!) muy presentes en aquella época en las clases de Aikido y a Sensei con aquella sonrisa entre paternal y socarrona sentenciando que -evidentemente- debíamos estudiar cualquier cosa que enriqueciese el Aikido.

Conclusión, hitori-geiko: cualquier cosa que enriquezca el Aikido.

 cualquier cosa.

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